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miércoles, 10 de marzo de 2010

Gallipoli

Gallipoli (1981)

La historia nos sitúa en Australia en 1915. El joven velocista Archy Hamilton (Mark Lee) es toda una promesa del atletismo y un ídolo local, que sueña con alistarse en el ejército y combatir en la guerra. Aprovechando una estancia fuera de su casa para disputar una competición atlética, Archy decide fugarse para enrolarse en la caballería ligera. Tras ser rechazado por su corta edad, trabará amistad con otro corredor llamado Frank Dune (Mel Gibson) que le propone viajar a Perth para volver a intentar alistarse. Durante el camino hacia la ciudad, en el que Archy y Frank deberán cruzar a pie un buen trecho de desierto surge una estrecha amistad entre ambos jóvenes, y pese a que Frank en principio es contrario a participar en la guerra, finalmente seguirá los pasos de su amigo alistándose en la infanteria para combatir en Gallipoli contra los turcos.

El director australiano Peter Weir fue el encargado de llevar a la gran pantalla esta película basada en la famosa Campaña de Gallipoli (o de los Dardanelos) ideada por el Primer Lord del Almirantazgo británico Winston Churchill  para sacar a Turquia de la guerra. Una campaña que se saldó con un fracaso total y que le costó a los aliados cerca de medio millón de bajas de las que unas 30.000 fueron australianas. Weir tardó cerca de 3 años en reunir los fondos necesarios para financiar el proyecto, ya que la película, con un presupuesto cercano a los 3 millones de dólares supuso la producción más cara del cine australiano hasta la fecha. Al final el dinero pudo conseguirse gracias a la participación financiera del magnate de los medios de comunicación Rupert Murdoch, que mostró interés en el proyecto porque uno de sus abuelos había cubierto la campaña de los Dardanelos como corresposal de guerra.

Y hay que decir que, desde luego, el dinero estuvo muy bien invertido. La película, que tiene un arranque apacible para ir subiendo gradualmente de intensidad conforme avanza, sabe ofrecerle al espectador una historia entrañable a la vez que realista, que rezuma humanidad. Una historia en la que se nos habla de la amistad verdadera, el idealismo de toda una generación de jóvenes cuyas vidas iban a ser truncadas por la guerra, y el absurdo de esta, que llevó a miles de soldados a realizar un sacrificio inútil en una campaña que militarmente era un callejón sin salida. En ese sentido la película cuenta con varios elementos destacables, desde la excelente química de su dúo protagonista, con unos jovencísimos Mel Gibson y Mark Lee en estado de gracia; unido a una sobresaliente puesta en escena, una excelente labor de recreación y ambientación de los escenarios donde transcurre el film, y una fotografía de gran calidad. Tampoco puede dejar de mencionarse la muy adecuada Banda Sonora del film, que combina los modernos sonidos del album Oxygen de Jean Michel Jarre con la sobrecogedora solemnidad clásica del Adagio de Albinoni.

Sin duda lo mejor del film estriba en su parte final, cuando la historia camina hacia un desenlace que condensa el mensaje antibelicista (no exento de un evidente poso antibritánico) de la historia. Un desenlace muy bien filmado que –pese a tener ciertas reminiscencias de Sin Novedad en el Frente- tiene la capacidad de sobrecoger al espectador, amén de servir como trágico cierre a la historia.

En definitiva, “Gallipoli” es un título notable al que quizás le faltan algunos matices para haber llegado a la categoría de obra maestra. Pese a lo cual, es una de esas películas de esmerada factura visual y artística que pueden volverse a ver cada cierto tiempo sin que pierdan el interés. Una película de temática antibélica muy recomendable.

Calificación: 7,5/10

La Crítica de Reisman

martes, 2 de marzo de 2010

Feliz Navidad (Joyeux Nöel)

Feliz Navidad (2005)

Frente Occidental, Navidad de 1914. Mientras las tropas de ambos bandos se preparan para pasar sus primeras navidades en las trincheras de Francia, la cantante de opera sueca Anna Sorensen (Diane Kruger) convence al alto mando alemán para que la dejen actuar junto a su amante, el tenor alemán Nikolaus Sprink en una representación de ópera que va a tener lugar en el Cuartel General; con la secreta intención de ayudar a Nikolaus a desertar. De forma paralela, en uno de los sectores del frente, un teniente escocés y uno francés negocian una tregua informal con un teniente alemán para realizar un "Alto el Fuego" durante la nochebuena. La tregua será aprovechada por los soldados de ambos bandos para relacionarse y confratenizar, lo cual no tardará en provocar las censuras y represalias del Alto Mando.

En el que supuso su segundo largometraje, el realizador francés Christian Carion se embarcó en una coproducción entre estudios de cinco países europeos, para llevar a la gran pantalla los acontecimientos históricos relatados por Yves Buffetaut en "La increíble Navidad de 1914", recogido dentro del libro "Las batallas de Flandes y Artois 1914-18". Dicho relato se basa en los hechos que rodearon a la famosa "Tregua de navidad" de 1914 en el Frente Occidental, cuando los responsables de varios sectores del frente acordaron espontáneamente un alto el fuego temporal para poder celebrar la navidad. Durante esas horas de tregua nubo varios casos de confraternización entre los soldados alemanes y aliados, e incluso llegaron a formarse coros de villancicos y a disputarse un partido de fútbol. Naturalmente, en cuanto estos hechos llegaron a oídos del alto mando se dictaron órdenes tajantes para impedir nuevos actos de confraternización e incluso se instruyeron consejos de guerra a los oficiales implicados en el acuerdo de la tregua.

Estos son los hechos que la película traslada a la pantalla, con un resultado correcto, pero no del todo brillante. Porque aunque es cierto que “Feliz Navidad” es una película bastante fiel a los hechos reales en que se inspira, con un trasfondo antibélico que se sintetiza en el mensaje de fraternidad entre las distintas naciones a través del espíritu de la navidad, en el plano narrativo la pelicula evidencia varias limitaciones. La historia está contada con pulcritud formal y estética, pero la verdad es que se echa en falta algo más a la hora de abordar el manido tema antibelico. Y es que la película peca de quedarse demasiado en la superficie de lo que cuenta. Los hechos que aparecen (partido de futbol incluido) son verídicos, pero como suele ocurrir en este tipo de filmes, el conjunto queda algo frio. Tampoco me terminó de convencer la inclusión de la subtrama relativa al romance del personaje de la bella, aunque algo inexpresiva, Diane Kruger con el soldado alemán, porque añade un toque pasteloso que en mi opinión no termina de cuajar con el resto de la historia. Y en general el tono de la narración resulta demasiado idílico, faltando bajo mi punto de vista algo más de realismo y de crudeza a la hora de mostrar los horrores de la guerra de trincheras.

En definitiva, “Feliz Navidad” resulta un producto de aceptable calidad técnica y estética pero algo desangelado en su conjunto, y también adolece de un punto mayor de ritmo narrativo. Aunque como cuento de navidad que predica los valores de la solidaridad y fraternidad humanas por encima de las diferencias nacionales no está mal, como película (anti) bélica resulta simplemente correcta. Una película amable que se deja ver, aunque sin excesivos alardes cinematográficos.

Calificación: 5,5/10